No, preciosa. Yo los sentí después de entregarlo. Seis días de puritita angustia. Seis días transpirando nervios. Seis días tirándole de los pelos a la imprudente de mi inconsciencia. Seis días con sus horas, y sus minutos, purgando por mi pecado. Seis días rezando (de algo me habían de servir 11 años de colegio de monjas!): "Que me suspenda, me lo merezco! Pero por Dios! Que no se ofenda! Eso no. Por favor, Diosito, que lo entienda!!". Seis días son MUCHOS. Seis días pasan muuuuuuuuuuy despaaaaaaaaaaacio. Y entonces...
El día de la revisión de exámenes, cruzas la puerta de su despacho. Y Él no te mira; se está peleando con las actas que ha de teclear para cerrar la asignatura -te dice-. "Ajá" -respondes tú con lo que te queda de estómago (el resto quedó en el WC), transpirando dudas, y a un suspiro de huir por donde has venido. Y él que deja lo que está haciendo y te invita a sentarte. Y tú que te sientas y justo cuando crees que ni todo el tinte del mundo va a solucionar el brote canoso, oyes: Ana, me lo pasé muy bien leyendo tu examen.
Y le miras; está sonriendo. Y no te lo esperas. Y te colapsas; se te apelotona el pensamiento.
En esos momentos, intentas poner en práctica lo que aprendiste haciendo la reseña de Merayo pero... Cuando tienes delante de ti un maestro de la talla de José Antonio Moreno Villanueva es harto difícil intentar ser preciso y concreto en las ideas; preciso y correcto en las palabras; claro en unas y otras; breve siempre. Pero ViveDios! que a partir de ahora lo intentaré cada día de mi vida y me acordaré de lo mucho que con él he aprendido.
El día de la revisión de exámenes, cruzas la puerta de su despacho. Y Él no te mira; se está peleando con las actas que ha de teclear para cerrar la asignatura -te dice-. "Ajá" -respondes tú con lo que te queda de estómago (el resto quedó en el WC), transpirando dudas, y a un suspiro de huir por donde has venido. Y él que deja lo que está haciendo y te invita a sentarte. Y tú que te sientas y justo cuando crees que ni todo el tinte del mundo va a solucionar el brote canoso, oyes: Ana, me lo pasé muy bien leyendo tu examen.
Y le miras; está sonriendo. Y no te lo esperas. Y te colapsas; se te apelotona el pensamiento.
En esos momentos, intentas poner en práctica lo que aprendiste haciendo la reseña de Merayo pero... Cuando tienes delante de ti un maestro de la talla de José Antonio Moreno Villanueva es harto difícil intentar ser preciso y concreto en las ideas; preciso y correcto en las palabras; claro en unas y otras; breve siempre. Pero ViveDios! que a partir de ahora lo intentaré cada día de mi vida y me acordaré de lo mucho que con él he aprendido.
2 comentarios:
Hay conocimientos que no pueden puntuarse; no pueden enmarcarse en el contexto de una nota en un examen parcial.
Además, como dice mi querida GAMUSINA (Take a sad song and make it better):
"Hay gente que estudia y hay gente que aprende. Hay profesores que hablan sobre el proceso biológico y otros que enseñan sobre la vida".
Como alumna, soy de las que aprende; soy incapaz de estudiar para memorizar.
Jose Antonio Moreno (mi Maestro de Estandar de la Lengua) es uno de esos Maestros (que no "profesor") de los que enseñan "sobre", "para" y "en" la vida.
Ha sido un PLACER aprehender (con "h" intercalada) con ÉL.
FELICIDADES!! por "la nota" y
-no menos (más bien, más)-
ENHORABUENA!!
... por la suerte que has tenido de encontrar en tu camino a este "Maestro".
Cuelgate una medalla, la misma que le has puesto a Él, porque si enseñar así tiene su mérito, también ser buen receptor es de "Sabios".
Y Tú, has disfrutado con la Asignatura.
Un besazo, Ana
(cargado de todo lo que voy aprendiendo)
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