lunes, 22 de noviembre de 2010

La náusea


Algo me ha sucedido, no puedo seguir dudándolo. Vino como una enfermedad, no como una certeza ordinaria, o una evidencia. Se instaló solapadamente poco a poco; yo me sentí algo raro, algo molesto, nada más. Una vez en su sitio, aquello no se movió, permaneció tranquilo, y pude persuadirme de que no tenía nada, de que era una falsa alarma. Y ahora crece.
[...]
Por ejemplo, en mis manos hay algo nuevo, cierta manera de tomar la pipa o el tenedor. O es el tenedor el que ahora tiene cierta manera de hacerse tomar: no sé. Hace un instante, cuando iba a entrar en mi cuarto, me detuve en seco al sentir en la mano un objeto frío que retenía mi atención con una especie de personalidad. Abrí la mano, miré: era simplemente el picaporte.
[...]
Por lo tanto, se ha producido un cambio durante estas últimas semanas. ¿Pero dónde? Es un cambio abstracto que no se apoya en nada. ¿Soy yo quien ha cambiado? Si no soy yo, entonces es este cuarto, esta ciudad, esta naturaleza; hay que elegir.
Creo que soy yo quien ha cambiado; es la solución más simple. También la más desagradable. Pero debo reconocer que estoy sujeto a estas súbitas transformaciones. Lo que pasa es que rara vez pienso; entonces sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución. Es lo que ha dado a mi vida este aspecto desconcertante, incoherente.
[...]
Si no me equivoco, si todos los signos que se acumulan son precursores de una nueva conmoción en mi vida, bueno, tengo miedo. No es que mi vida sea rica, ni densa, ni preciosa. Pero tengo miedo de lo que va a nacer, de lo que va a apoderarse de mí, ¿y arrastrarme a dónde?

"La náusea"
JEAN-PAUL SARTRE

5 comentarios:

Gonzalo dijo...

El "miedo" -o como queramos llamar a lo que uno vive en un momento dado- es irremediable.
INevitable.
Podemos tratar de no amedrentarnos ante él, de incluso hacer
-tratar de hacer-
que sea imperceptible para los demás;... pero ahí está.

Lo importante
-lo que nos va a ayudar a superarlo-
es seguir creyendo en uno mismo
(sin caer -o que nos hagan caer- en "soluciones simples").

Te conocí aquí y te seguí (TE SIGO) porque eres -sigues siendo- como aquel primer día.
No hay ningún cambio!!

Y si lo hay -externo- que sea -es- para mejor.

Un besazo, Ana.

Anónimo dijo...

Hola

Me llamo Felicia , soy administradora de un directorio y tengo que decir que me ha gustado tu página, me encanta el contenido que publicas, me encantó el post sobre la barrera del sonido.
Por ello, me encantaría contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren también en su web.

Si estás de acuerdo. Házmelo saber.

Suerte con tu web!



Mi correo es felicia.alvarado@hotmail.com

VolVoreta dijo...

Creo que a lo largo de nuestra vida sufrimos continuos cambios, pequeñas metamorfosis que unas veces los determina el entorno y otras nuestra propia evolución. No podemos sustraernos a ellos, pasan en todos los ámbitos, hasta en los postes de teléfonos. A nosotros nos asustan porque tendemos a pre-ocuparnos; el miedo a lo desconocido es inevitable, pura supervivencia, y como dice Gonzalo, no debemos permitir que se apodere de nosotros.

Nadie sabe hacia dónde va...la vida es la que nos lleva.

Te dejo un beso, Ana.

Jorge dijo...

El miedo es signo de inteligencia y de valentia; solo los estupidos no lo sienten¡¡.
Tu no solo lo sientes, sino que lo afrontas.
¡¡Ojala yo fuese tan valiente como tú !!!
Mi admiración por ello

Pilar dijo...

Mis mejores deseos para 2011.
Sugerente imagen la de este post que anima a abrir la puerta sin dudarlo :)

Requetemiauuuuu! :D