martes, 19 de agosto de 2008

Cacabelos – Vega de Valcarce.

Uf! en esta etapa hay tanto que contar que no se yo si…..

Podría hablaros del albergue de Cacabelos (a 17km de Ponferrada) dónde hice noche el domingo. Sito en el patio de la iglesia. Económico (5€ la noche) limpio y con sólo dos camas por “habitación”. Allí conocí a Katrina, mi compañera de cubículo, una chica sueca que llevaba 3 meses caminando, había salido desde Ginebra!. Yo hacía como un mes que no practicaba el francés (Ana!) es cierto!, con lo que no me quedó de otra que comunicarme en mi inglés macarrónico. Las risas que nos echamos no tienen precio.

Del tamaño de las tapas que te ponen en las tascas. Uf! Talla XXL!!. Señora! por Dios!.


De Pereje y su albergue de cuento (el de La Blancanieves para ser más exacto, miren la foto sino! La que encabeza este párrafo) De Trabadelo dónde ya con la lengua afuera (por dios! que la manía que tienen en El Bierzo de ponerlo TODO cuesta arriba no tiene nombre!!) asalté el patio de una de esas casitas de cuento y me hice con uno de los callados que habían dejado en un rincón a mano para el peregrino que lo necesitase, (y ViveDios! que en esos momentos yo lo necesitaba!) y cómo cuándo al cruzarme con un señor mayor (él bajaba la cuesta y yo, cómo no!, la subía) le dije sin aminorar el paso;- Ese si que es un buen callado! –refiriéndome al suyo-. Y cómo con un; - “Te lo cambio”, sin aminorar el paso ninguno de los dos, hicimos la transacción. Suerte de ese callado. Os cuento.

La etapa Cacabelos- Vega de Valcarce, (27 km aprox, teniendo en cuenta las variantes de Pereje y Trabadelos, que esta peregrina cogió) transcurre en un 90% por autovía y todo cuesta arriba. El firme de la autovía es de lo peor (más tarde descubriría que hay algo peor) para los pies y las articulaciones, sobretodo si cargas con 8kg a la espalda, pero sería “llevadero” si la jornada hubiera transcurrido en un día nublado, que no fue el caso!. Un sol inmisericorde nos aplastaba contra el asfalto, asfalto del que se desprendía un calor que nos derretía las suelas. Dios! os suena de algo el concepto “pájara”?, yo conocía el concepto pero ese día además, sufrí sus consecuencias.

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