El tamaño importa!.

A mi si. Personalmente las prefiero medianas y finas. Estrechas en la base y anchas en la parte superior. Pero ojo! que sea ancha no implica que haya de ser “doble”, eh?. Dejemos las cosas claras, que la diferencia es notable si además de admirarla, has de llevártela a la boca. Porque apoyarla en los labios, que los dientes no la rocen y encima disfrutar del contenido es todo un arte si no tiene el tamaño y grosor adecuados!.

Hace unos días y en vista de la necesidad que me asolaba, crucé el dintel de mi hogar con el firme propósito de hacerme con una. Menos mal que mi ciudad, grande, lo que se dice, grande, no es. Aún así, ya empezaba a desesperar cuándo me topé con un muchacho muy atento que tuvo a bien atenderme sin perder la compostura. Y digo sin perder la compostura porque hay sitios en los que no te permiten tocar el producto y no tienen la paciencia necesaria para atender a una clienta que sabe exactamente lo que quiere.

- Necesito que no sea muy pesada (el peso condiciona si tienes una mano pequeña cómo yo). Que sea agradable al tacto, con la superficie rugosa a ser posible. Más ancha en la parte superior que en la base. (Eso es muy importante!) El tamaño ha de ser el adecuado para que pueda sostenerla bien con una de mis menudas manos y lo suficiente grande como para que mantenga el calor. Si es demasiado pequeña se enfría antes, entiendes?. Tienes algo que se le parezca?- le pregunté al muchacho del otro lado del mostrador con voz melodiosa.


Pues sí!! Las tenía!!. No son preciosas!?.

(Lo sé! Si las hubiera retratado VolVoreta les hubiera hecho justicia. Yo soy una patata).


Esta tiene la superficie ondulada. Fijaros en el detalle interior, está pintada a mano hasta dónde iría el té o el café con leche. Hum!!.



Y estas son las que le he regalado a un amigo. (Si le llevo de “flores” me da que se me acabó el invitarme a Karkadé pa los restos! Je!)

Me encantan las tazas. Considero que del mismo modo que no se bebe vino en un plato o cerveza de una bota, no debería restársele importancia a la taza que ha de albergar ese "cafelito" que te ayuda a sacudirte las legañas de buena mañana o ese té de la tarde que te solidariza con el mundo después de una dura jornada laboral. El tamaño importa, a mi sí.
Y a ti?.