En las raíces de la hipótesis

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Conozco, traducida, la sensación de haber comido con exceso. La conozco con la sensación, no con el estómago. Hay días en los que en mí se comió más de la cuenta. Me siento pesado de cuerpo y torpe de gestos; tengo ganas de no salir de allí de manera ninguna. Pero en ocasiones, de forma inapropiada, suele surgir, de mi modorra indemne, un resquicio de imaginación perdida. Y hago planes en el fondo del desconocimiento, estructuro cosas en las raíces de la hipótesis, y lo que no va a acontecer nunca adquiere para mí un brillo extraordinario. En esas horas raras no es sólo mi vida material, sino también mi propia vida moral, -las que a mí simplemente se me adhieren- abandono la idea del deber y hasta la misma idea de ser, y tengo sueño físico del universo entero. Duermo lo que conozco y lo que sueño con una igualdad que me pesa en los ojos. Sí, en esas horas sé más de mí de lo que nunca supe, y todo yo soy todas las siestas de mendigos entre los árboles de la finca de Nadie.
Libro del desasosiego. PESSOA, F.

Que difícil es esto de andar donde otros no se atreven a hacerlo. La realidad me está consumiendo. Quiero avanzar, lo intento...