El rito de cazar espíritus malignos (oni-yarai o tsuina) al comienzo de la primavera es una costumbre que data del período Nara (710-794). Durante el período Heian (794-1185) se desarrolló la tradición según la cual los diablos podían ser expulsados mediante el olor producido al quemar cabezas de sardinas secas, el humo de madera quemada y el sonido de tambores. Aunque ha caído en desuso, todavía algunas casas japonesas cuelgan a la entrada cabezas secas de sardinas en ramas de acebo durante el anochecer del setsubun para evitar que los malos espíritus entren en sus casas.
Antiguamente la palabra setsubun aludía a la víspera de cualquiera de los cuatro cambios de estación, pero en la actualidad se refiere a la víspera del comienzo de la primavera. -Llegas un poquito tarde, ya estamos a un tiro de piedra del verano, bonita!. Me diréis algunos. Cierto!. Pero, como soy de las que predica con el ejemplo y procura (no siempre lo consigo) pensar antes de hablar, me he esperado un tiempo prudencial (a ver qué pasaba esta primavera) para expresar mi opinión. A saber;
Primavera: llega el buen tiempo, los días se alargan, las flores estallan,…. Lindo, no? hasta aquí si, lo duro es cuando, con la vuelta social en la calle, (terracitas) “brotan” por doquier, amigos, familiares y conocidos varios con “Complejo de Celestina”. Diez años sin pareja ha enardecido el “Acoso Celestil” al que he sido sometida. Por lo visto, justo en “esas edades”, (de los 27 a los 37) el “Estado de Gracia” es “casarse” (en primavera, of course!) “tener hijos” (ya se sabe, la primavera la sangre altera) y buscar “la estabilidad en el trabajo” (Te guste o no). Vaya por Dios! y Yo llevando la contraria!. En qué estaré pensando?. (En que sé lo qué quiero y no me conformaré con menos? Como TODOS, supongo!). Pensaba que ya había purgado suficientes “primaveras”, pero no!, en mi nuevo trabajo también es Primavera. Es cómo si les saliera un sarpullido por dentro y como no se pueden rascar (claro) van y la emprenden con el primer “Single Inocente” que tienen a mano!. -Cómo?, AÚN no tienes pareja?. No será que eres muy “exigente”. Tengo a un amigo que le pasa “lo mismo”. Porqué no quedamos un día los cuatro para cenar y os conocéis? (Y pienso, gracias Diosito! somos más! Él tampoco se ha dejado mecer por el “canto de la sociedad”) y así no estarás SOLA. (Mier! con lo bien que íbamos). Lo siento, qué me decías? Con el sonido de los tambores no te escucho bien. -Tambores?. Seguro que es la alarma antiincendios. Huele a quemado!. Estás cocinando sardinas?.
YO? Noooooo…..
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