Vega de Valcarce- O Cebreiro.

Martes 5 de agosto de 2008

Se supone que ésta es la "Etapa reina". TOOOOODO el mundo mundial me dijo que era “la más dura” que “había un antes y un después”, que “si superaba ésta ya lo tenía todo hecho”, que…..

Queridos lectores,

Yo ya había tenido “la más dura”, la de “un antes y un después”, la de si “superaba esa ya lo tenía todo hecho”. Fue la de ayer. Ésta me supo a “vale”, “bueno”, “no está mal pero….” Joder! que los 13 miserables km (les recuerdo que ayer fueron 25km aprox) aunque eran todos en tremenda subida, (cómo no!. Les he hablado ya de la manía de estos “señores” con las cuestas?) transcurrían entre árboles frondosos y vegetación. Nada de “sol a porrillo” y asfalto “puro y duro”!!. Vamos, que para mi fue un “paseillo”.

A saber; Salida 6.45h a.m. Paradita con desayuno y “ánimos varios” en A Faba a las 8.45h. Y exceptuando el “Momento Concha” que nos regalaron Santi, Oscar y Dario, je!. Esto lo tengo que contar…. Ellos abrían paso (claro! con esas piernas!) y Rocío, que ya era la segunda vez que hacía El Camino, se da cuenta de que los “ágiles mozos” habían pasado por alto la señalización (hay que seguir unas flechas amarillas) y a gritos les indica deshagan lo andado. Cuándo están a nuestra altura Gabi (argentino él) les dice; - Señores que lo hay que seguir es la “flecha” no “la concha”!!. ( “Concha” en Argentina significa… Uy! me estoy ruborizando!?) La cara de los chicos fue un poema! Ja! ja! ja!. (Y los entiendo, eh? que la moza a la que seguían estaba de impresión!).

A las 11.00 h. coronábamos O Cebreiro entre vítores y sonidos de …. Mier! Yo diría que era una “cuerno”. (Y también utilizó una caracola). Por lo visto los utilizaban los Celtas para comunicarse entre si por aquellos lares y un buen hombre ha tenido a bien recuperar el ritual para dar la bienvenida a los peregrinos en lo alto de O Cebreiro. Miren la foto.

Una vez frente al Albergue y dada la hora, eran las 11.00h (los albergues cierran desde las 8h de la mañana hasta las 13h aprox que es cuando recepcionan a los cansados peregrinos) teníamos un par de horas para recuperar fuerzas por el pueblo antes de sellar la credencial. Pero antes teníamos que dejar nuestra mochila en la fila. Sólo habían 126 plazas y el que no está, no está contado. No puedes guardarle el sitio a nadie. Por suerte estábamos todos ahí. Dejamos la mochila y fuimos a hacer una cervecita.