viernes, 9 de mayo de 2008

Señor, dame PACIENCIA!!.

Cuando la paciencia toca a su fin y los pilares de mi educación empiezan a tambalearse, agarro el orgullo y mi maltrecha autoestima, y enfilamos los tres derechos al especialista oportuno que pueda orientarnos en tales momentos de desesperación.

- Doctor, necesito ayuda! Solo escucho NOS!!. NO esto. NO aquello. NO hace falta. Hoy NO.

- No se preocupe. Alrededor de los dos años la palabra “no” se convierte en una de las favoritas de los niños. El pequeño se da cuenta de que es un ser independiente, con sus propias necesidades y deseos, distintos a los de sus padres. A esta edad, incluso los niños que hasta ahora eran tranquilos y dulces de repente se comportan de forma tozuda, se oponen por sistema a los padres y vocean sus decididos “no” en cualquier ocasión. Este negativismo es el reflejo de una etapa de confusión por la que atraviesa el niño. Ante tantas opciones nuevas acaba diciendo “no” a todo lo que le rodea e incluso a las cosas que le gustan.

- Pero…..

- Tranquila mujer, a veces tanto “no” se debe a que es lo que más ha oído en casa al intentar cumplir sus deseos de explorar o al seguir sus impulsos y se limita a imitarlo. Otras veces, sólo trata de medir hasta dónde llega la paciencia de sus padres. Se trata de La Etapa del NO”, una etapa fisiológica que le permite aprender a imponer su voluntad y hacerse valer frente a los demás.

- Ya, pero es que…..

- Tienes que tener paciencia y demostrarle al niño todo lo que se le quiere. La actitud de los progenitores ante la testarudez debe ser tolerante. Esta etapa es importante en su desarrollo psicológico, si se castigan estas actitudes, su proceso evolutivo se verá afectado. Es importante no utilizar mucho la vía de la imposición. No se deben abusar de los enfrentamientos directos como “Te vas a la cama porque te lo digo yo y punto”. La actitud más adecuada es la escucha activa, mostrarse comprensivos pero también, hacerle entender que debe respetar las reglas. Ser sinceros con el niño es fundamental, se le deben dejar claras las cosas que no admiten discusión en casa.

- Vale, si, pero…. es posible que en algunos casos ésta etapa llegue más tarde?.

- Claro, no todos somos iguales. Qué edad tiene su niño?.

- “Elniño”-como usted le llama- no es mío y tener tiene 36, camino de los 37.

- Meses?.

- No doctor, años, 36 años.

2 comentarios:

Rafa dijo...

Niños...

Anónimo dijo...

No solo nos comportamos como niños, sino lo que es peor, a veces nos volvemos ciegos/sordos/mudos, no sabiendo ver, ni oir, ni decir lo que se debe cuando la vida nos pone en bandeja el tesoro tantas veces soñado de niño y que de mayores no sabemos entenderle, y lo que es peor, NOS DEDICAMOS A USAR LA NEGATIVIDAD COMO AUTOAFIRMACION DE LO QUE NOS FALTA, "confianza".