El miércoles me sucedió algo muy extraño…..
El verano, a pesar de las altas temperaturas, aún no había sido presentado “oficialmente” y mientras los demás estaban aún por la labor de quitarse “el sayo” en “las terracitas”, yo necesitaba, después de un duro día y con una migraña haciéndose notar por momentos, regalarme un baño relajante y frío en el mar. (Hace maravillas en mi sistema circulatorio y emocional). Así que enfilé hacia la cala a la que soy asidua y me di el gusto.
Que placer….. después de disfrutar intensamente, me tumbé al sol. Llevaría dos minutos así cuando me dijeron al oído….- He traído melocotones, quieres uno?.- Abrí los ojos de golpe. Un hombre yacía en su toalla a dos centímetros de mi!. Maldición! No había más sitio dónde ponerse?. Estaba yo intentando salir de mi asombro y recuperar la voz cuando él dejó de rebuscar en su mochila y me tendió el melocotón. Está lavado, pero si quieres mojarlo llevo agua. Educado y detallista –pensé-. Observé el melocotón y luego a él. Tendría más o menos mi edad. Diría que era más alto que yo porque sus pies llegaban al final de la toalla y los míos no. Irradiaba calma. Cómo si tumbarse al lado de una desconocida y ofrecerle una fruta fuera lo más normal del mundo. Estaba apoyado sobre su codo izquierdo mirándome y sonreía. - Este verano voy a…….
No recuerdo con exactitud todo lo que dijo, pero se mostraba seguro y respetuoso en la exposición. Sus palabras transmitían coherencia, cariño, cuando se refería a alguien, e intranquilidad, cuando lo asaltaba el temor a defraudar o a no estar a la altura….Una persona integra y especial- me dije. Quizás por eso me descubrí hablando con él de cosas que hasta entonces ni siquiera me había planteado. Cuando acabé el melocotón, atento, extendió su mano y puso los huesos, el suyo y el mío, en una bolsa a la que le hizo un nudo. – Deja de mirarme así!. – Así cómo? –le pregunté- - Cómo si no me hubieras visto nunca y acabara de caer por arte de magia al lado de tu toalla!.
Sonreí. Es cierto, hacía casi un año que le conocía…..cómo explicarle entonces… Cerré los ojos. (Ordeno mejor mi pensamiento si no interfiere el sentido visual). Escucha –dije (mientras sentía las caricias de sus dedos en mi brazo) NO voy a permitir que la rutina o la confianza –mal entendida- “enturbien” mi visión de ti. Cada día estreno “lentillas de un solo uso” para ver con nitidez los pequeños cambios que la experiencia te va aportando. Cada día me asombro y disfruto con placer de tus detalles. Cada día te descubro “de nuevo” en tus ideas. Cada día limpio el filtro de mis prejuicios para que éstos no interfieran en tu crecimiento personal, para no reducirte a “una etiqueta”, a “un rol”. Da igual si hace un año o hace ochenta, cada día cuenta. Hoy estás, mañana puede que no o que la que no esté sea yo. Hoy te descubro de nuevo. Entiendes?.
Silencio.
Abrí los ojos. A mi lado no había nadie. Sólo quedábamos dos personas en la cala, un viejito y yo. Me dirigí a él y le pregunté: - Disculpe, ha visto cuándo se ha ido el chico que estaba aquí conmigo?. – Señorita- me dijo- usted ha estado sola desde que llegó. – No, había un chico a mi lado. – No señorita, lo hubiera visto, la he estado observando, se ha quedado dormida al sol –se sonrió-. Se ha quemado, mire su brazo! le ha quedado la marca de…. qué curioso… sus manos son muy pequeñas…. y la marca…..
Puse mi mano encima. Lamarca correspondía a los dedos largos de una mano bastante más grande que la mía.
4 comentarios:
¡BIENVENIDA!
Lo he hecho. Cada día cuando he llegado a casa, la he mirado de nuevo, con los ojos que tus palabras han limpiado.
La he descubierto de nuevo en las caricias que le profesa a nuestro hijo, en los detalles que tiene conmigo. Miré en la nevera como me dijiste, ahí estaba,cerveza de la marca que me gusta a mi y tú sabes que a ella no le gusta la cerveza y que yo no voy a comprar....
La he escuchado, Ana, escuchado no oído, y ahí estaba, tenías razón, no es la chica con la que me casé, es mejor, es una mujer increible, es la madre de nuestro hijo, una profesional, mi compañera.
Tú siempre me dices que damos muchas cosas por sentadas, que nos "relajamos", que la confianza NO debería dar "hasco", que la mayor falta de respeto para con los que apreciamos y comparten nuestra vida es precisamente caer en todo "eso". Esta semana lo he entendido.
Gracias.
Me cogerás el teléfono ahora?. Ya he escrito lo que te tenía que decir en lugar de darte la tabarra por teléfono como siempre hago. Es para que vengas a cenar a casa y le expliques porqué últimamente estoy "raro", cree que tengo a "otra"...
Ui,
Un (des)conocido, con un melocotón y al lado un playa... bonita tarde, princesa
Besos.
Alguien me puede explicar pq no he entendido nada de lo que has escrito???
Un besazooo guapa, nos debemos un café, aunque con este tiempo mejor una orchatita no???
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