Bendita Oxitocina!.

0,7 miligramos de albúmina, 0,71 de grasa, 0,45 de sales minerales, 0,18 de sustancias orgánicas y 9 miligramos de agua. Aunque parezca la composición de un medicamento, no se vende en farmacias. Se trata de las sustancias que se intercambian dos personas en un beso, y no precisamente en un beso casto. El acto de besarse desencadena un enorme torrente de Oxitocina, la hormona que se segrega, por ejemplo, durante un orgasmo, un abrazo o cuando se amamanta. Se le ha denominado la molécula de la felicidad, del bienestar, la calma, de la CONFIANZA, la fidelidad o el deseo.

La Oxitocina posee efectos periféricos (hormonales) y centrales en el cerebro (neurotransmisor). Los efectos están mediados por receptores específicos de alta afinidad. El receptor de la oxitocina es un receptor acoplado a proteína G que requiere Mg++ y colesterol (del bueno).

Apunte: en los resultados de mi analítica, mi “colesterol malo” estaba por debajo de la media y el “colesterol bueno” por encima!!. (Veis como cuándo digo que soy una persona feliz mis “receptores” no mienten!?).

En el 2004, los equipos de investigadores liderados por el economista Paul Zak, y Ernst Fehr tratando de desentrañar los secretos de esta neurohormona llegaron a la misma conclusión: los niveles elevados de oxitocina mejoran la capacidad de los individuos para confiar en otras personas.

(ALTO!) Qué pasa bonita?. (Todo “esto” es para decirme que vamos a darle “besos con lengua” a la Princesita para que confíe en nosotras?!!! Puaj!) Tranquila, la Oxitocina también se libera con el contacto piel con piel. (Ag! peor!) Me refiero a abrazos y a tocarla suavito cuando le hemos de decir algo. (Y los besos?) De los besos hablaremos en otra ocasión.