sábado, 15 de marzo de 2008

Japón en las venas.

De Hello Kitty a Takeshi Kitano con un gorrito de niño, de un cachorrito abandonado al cumplido comedido de un jefe a su subordinada. En Japón, todo esto es Kawaii, un término que podría traducirse como mono con connotaciones de aquello que es infantil y tierno. La clave del kawaii es la sustitución de la realidad por un imaginario infantiloide, lo cual expresa una terrible nostalgia de la niñez. Esta reacción es reflejo del descontento de la sociedad japonesa, traumatizada tras el ejercicio herculiano de responsabilidad y madurez para levantar el país a un nivel económico y tecnológico de primera línea. Tras haber alcanzado este objetivo, el bienestar económico ha desencadenado un fenómeno sociológicamente contrario, donde se impone una unanimidad sobre lo tierno, lo agradable y la expresión de la inocencia.

Hoy he recogido en SEUR un paquete. Ha resultado ser el ADSL de Orange. Se me ha venido el mundo encima. En breve cumpliré diez años de convivencia conmigo misma, pero tras el ejercicio herculiano de responsabilidad y madurez que me ha supuesto levantar mi pequeño mundo a un nivel económico y tecnológico más o menos aceptable, puedo decir, sin avergonzarme por ello, que empiezo a echar terriblemente de menos lo enriquecedor de la convivencia compartida. El apoyo, el respeto mutuo por las carencias de cada uno. Que el otro llegue donde tú no llegas. Que se encargue de detalles que a ti se te hacen imposibles o ser tú la que solucionas “tengoques” pospuestos cientos de veces porque hacer una foto del modelo, pasarlo al ordenador y mandar un e-mail es un tiempo precioso del que no todos disponemos. Por no hablar de las risas, de los mimos, la libertad de seguir creciendo junto a una persona que respetas y te respeta. ...Mientras salgo por la puerta para cenar con unos amigos, pienso que ya son TRES!, las cajas que se acumulan en mi casa esperando supere esta vena KAWAII que de un tiempo a esta parte me late con una fuerza que ya quisiera un deportista de élite.

- Gregor, Barometre, voy a salir, cuando vuelva no quiero encontraros peleándoos como siempre, eh?. Y tú, Orange, nada de ver la TV hasta las tantas y no quiero oír que lo llevas incorporado! Volveré pronto.

Hoy más que nunca, Japón corre por mis venas.

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